domingo, 2 de noviembre de 2014

¿Estudiar economía o vender drogas en las escuelas?

Que la economia que se enseña en las aulas universitarias no sirve para nada es algo que sabemos hace años quienes no somos economistas y sin embargo si somos agentes económicos (generadores y administradores de ingresos, consumidores, clientes, inquilinos, inversores, deudores o acreedores). Ahora parece que la noticia ha llegado tibiamente a las aulas de la Academia.
En efecto, bajo el patrocinio del cóndor George Soros se creó el proyecto CORE cuyo lema es "Enseñar economía como si realmente los últimos 30 años hubieran existido".
El proyecto es una primera respuesta a los pedidos de 42 asociaciones de estudiantes de economía de 19 paises.
"No es sólo la economía mundial la que está en crisis, la enseñanza de la economía está también en crisis y sus consecuencias van más allá de las aulas. Lo que se enseña en la Universidad moldea la mentalidad de las próximas generaciones de políticos, y por tanto da forma a la sociedad en la que vivimos". Así empieza su carta de presentación la recién creada Iniciativa Estudiantil Internacional por el Pluralismo en la Economía (ISIPE). Los alumnos denuncian "la falta de diversidad intelectual", piden la apertura del plan de estudios a otras perspectivas y creen que "ha llegado la hora de reconsiderar cómo se enseña la Economía". "Hay que dejar que el mundo real vuelva a entrar en las aulas y con él vuelvan el debate y el pluralismo de teorías y métodos", escriben los estudiantes.
A su vez, Wendy Carlin, a cargo del proyecto CORE dice en el Financial Times: "...¿por qué los economistas tienen tan mala prensa? Todo el mundo sabe ahora que perdimos el tren en 2008. Las tendencias en los precios de la vivienda y el endeudamiento estaban en los datos, pero no les prestamos atención. Tampoco dimos explicaciones convincentes de lo que salió mal. Algunos economistas abogaron por políticas que contribuyeron a la aparición de la crisis y exacerbaron el desempleo resultante y la inseguridad económica.
Estos fracasos pueden atribuirse a la complacencia entre los economistas de que la economía de mercado poco regulada se haría cargo de sí misma. Pero hay otra razón para el descontento con la disciplina. Nuestros estudiantes están entre los que hojean los best-sellers de economía y tienen ganas de participar en los debates políticos. Pero no están contentos con lo que reciben en clase. Ellos se avergüenzan cuando no se ven más capaces de explicar la crisis de la eurozona o el desempleo persistente que sus compañeros de estudios en ingeniería o arqueología. 
Sus profesores tampoco están satisfechos. El jefe de departamento en una de las mejores universidades en Turquía lamentó que los estudiantes puedan resolver cualquier ejercicio de matemática que les pongan delante, pero si se le pregunta acerca de la economía, “su razonamiento no es diferente que el de un taxista, y a veces un poco peor informado.”
Nuevos tiempos vienen.

1 comentario:

Capitán Yáñez dijo...

A no dejarse engañar.
Soros es uno de los grandes beneficiarios de la "teoría económica" reinante en los últimos treinta años.
Soros es el Alain Delon de El Gatopardo.
Ojo.